Provincia de Córdoba.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
Desde tiempos inmemoriales, la sociedad ha venido construyendo los paradigmas del concepto de seguridad ligándonos con formas tradicionales de control social como represión policial y castigo penal.
En función de ello y a partir del crecimiento de la sensación de inseguridad de la comunica, producto de la inadecuada mediatización de los fenómeno de violencia, se desarrollo la idea de que la solución radicaba en el aumento del numero de policías y en el endurecimiento de la penas que impone el sistema penal .
Dicha creencia parte como decíamos de una errónea conceptualización y en función de lo cual consideramos que el punto de partida de la política del Ministerio de seguridad debe ser la resignificación del concepto de seguridad en función de la construcción de nuevos paradigmas.
El ministerio de Seguridad debió encarar un giro trascendente en la forma de abordar la problemática de la violencia social, propiciando una política de estado que tienda integralmente las causas que la originan.
La gran diferencia con aquella conceptualización tradicional radica en que ese sistema represivo que la integra opera sobre las personas aumentando su victimización y con ello la posibilidad de ruptura social , cuando en realidad debe construirse un nuevo modelo de gestión que actúe sobre las causas de la violencia, donde la comunidad en su conjunto participe en el diseño de los proyectos y actividades que impulsen el mejoramiento de la calidad de vida , y sostenidos por la acción coordinada de las distintas áreas gubernamentales.
El fortalecimiento de las redes comunitarias para la prevención, garantiza una adecuada atención de las personas y grupos sociales más vulnerables y con ello una disminución de los factores de riesgo social que inciden sobre las condiciones que favorecen los comportamientos antisociales.
La gran diferencia con aquella conceptualización tradicional radica en que ese sistema represivo que la integra opera sobre las personas aumentando su victimización y con ello la posibilidad de ruptura social , cuando en realidad debe construirse un nuevo modelo de gestión que actúe sobre las causas de la violencia, donde la comunidad en su conjunto participe en el diseño de los proyectos y actividades que impulsen el mejoramiento de la calidad de vida , y sostenidos por la acción coordinada de las distintas áreas gubernamentales.
El fortalecimiento de las redes comunitarias para la prevención, garantiza una adecuada atención de las personas y grupos sociales más vulnerables y con ello una disminución de los factores de riesgo social que inciden sobre las condiciones que favorecen los comportamientos antisociales.